Alimentarse con seguridad

Prevenir las enfermedades que podemos padecer al manipular indebidamente los alimentos puede llegar a ser muy fácil siempre que respetemos una serie de consejos. La seguridad e higiene en los alimentos no es un campo exclusivo de los restaurantes, sino que atañe a la cocina de casa también.
Para empezar, la limpieza debe estar presente. Lavarse las manos, así como las superficies donde se tratan los alimentos es algo indispensable. No deje los alimentos destapados, de forma que puedan acercarse insectos o nuestras propias mascota.
Conserve por separado los alimentos crudos de los cocinados, en recipientes separados. Además se aconseja no usar los mismos utensilios de cocina para su manipulación, como cuchillos o tablas de corta.
Los alimentos deben estar bien cocinados, asegurándonos de llevar al ebullición los que son líquidos y evitar dejar carnes y pescados crudos en su interior.
La temperatura es algo a tener en cuenta, ya que no debe dejarse los alimentos a temperatura ambiente, sino siempre refrigerados. La descongelación debe llevarse a cabo en la parte baja del frigorífico, nunca fuera de él.
El agua con el que se laven los productos debe ser potable, y se debe extremar la limpieza de frutas y hortalizas.
Además, recordamos que no se deben consumir productos ya caducados.
Si necesitas asesoramiento con cuanto a la seguridad e higiene alimentaria, en Plan D Plus podemos ayudarte. Ponte en contacto con nosotros, y te asesoraremos de inmediato.
Cocinar con seguridad

Si tienes un restaurante, no está demás que repases los errores más habituales que se producen en las cocinas profesionales. Incluso para ti, que cocinas en casa, no está mal que sepas que la seguridad alimentaria depende de todos.
Error 1.- Higiene personal.
Es importante lavarse las manos antes y durante la manipulación de alimentos. Ir al baño, manipular dinero, usar trapos multiusos o tocar desperdicios son acciones que pueden generar focos importantes de contaminación.
Error 2.- Descongelar los alimentos fuera del refrigerador.
La congelación de alimentos no destruye los microorganismos, por lo que una mala práctica de descongelación, como por ejemplo hacerlo a temperatura ambiente puede originar que éstos se multipliquen.
Error 3.- No guardar los alimentos protegidos y bien separados.
Los alimentos preparados deben guardase bien cerrados, protegidos y en envases aptos. Los alimentos crudos deben guardarse separados del resto, de forma que no entren en contacto entre sí. Esto es debido que cada alimento tiene un carga bacteriana distinta y debemos de evitar que entren en contacto entre sí.
Error 4.- Preparar alimentos con mucha antelación a su consumición.
Los alimentos deben prepararse con el tiempo adecuado según su momento de consumición. Esto es, preparar los alimentos y guardarlos a temperatura ambiente, por ejemplo, no hace más que favorecer su aumento de microbios.
Error 5.- Usar los mismos utensilios de cocina para todos los alimentos.
Tablas, cuchillos y otros utensilios no deben mezclarse durante la preparación de los alimentos ya que se favorece que los microorganismos se desplacen de uno a otro. Por ejemplo, no debe usarse los mismos utensilios para carne y pescado, al menos sin haber sido desinfectados antes. Tampoco deben usarse en alimentos crudos y cocinados a la vez.
Error 6.- Mal uso de guantes
Usar guantes no es garantía de una buena manipulación de los alimentos. El uso inadecuado, así como no cambiarlos cada vez que haga falta, facilita la transmisión de microorganismos. El uso de guantes de látex está desaconsejado debido a la posible alergia que pueda provocar en el consumidor.
Error 7.- Consumir alimentos preparados hace días debido a su buen aspecto.
Debemos saber que una proliferación de microorganismos no tiene que ir necesariamente acompañado de un alimento con mal aspecto. Y esto se produce cuando el alimento lleva varios días preparado. Se aconseja guardar el alimento con una fecha de caducidad adecuada anotada convenientemente, así sabremos los días que tenemos para consumirlo.
Error 8.- Introducir alimentos calientes en la nevera.
Este hecho produce que la temperatura de la nevera no sea la adecuada, afectando tanto al alimento recién introducido como al resto. Una temperatura inadecuada hace que los microorganismos se multipliquen, por lo tanto se aconseja su enfriamiento de forma natural.
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